QUIERO TENER UN GATITO

28.12.2021

A medida que pasaron los años, en especial desde hace 14 años que llegó Kaká a mi vida, ha crecido mi amor por los seres vivos y especialmente por los animales de compañía.         -"Quiero un gato"- Solía decirle a mi papá desde hace un par de años cada vez que tenía la oportunidad.         -Cuando tengas tu casa puedes tenerlo- Solía responderme.


Cuando Sebas y yo nos comprometimos, discutimos mucho acerca de la mascota que tendíamos. Qué si gato, qué si perro, adoptar o comprar, de tamaño pequeño, tamaño grande, etc.       -Si vamos a tener un perro, quiero que sea mediano o grande y atlético para que me acompañe a correr- Le decía siempre a Sebastián, aunque cada vez que veía vídeos chistosos de gatos, cambiaba de opinión.


Por estilo de vida, el tamaño de nuestra casa y tiempo libre, tomamos la decisión de adoptar un gato, pues habíamos leído que son independientes, aseados y que no demandan tanto tiempo y atención como un perro.


Al principio dudamos porque nunca habíamos tenido un gatito en nuestros hogares, además habíamos invertido algunos ahorros en un mueble capitoneado de cuero y teníamos mucho temor de que lo rasguñara (porque nos advirtieron que eran independientes, pero dañinos). Sin embargo, nos decidimos y emprendimos la búsqueda.


En instagram encontramos un perfil de adopciones gatunas en Antioquia con más de 45 mil seguidores, lo cual nos generó seguridad, además nos enamoramos de cada una de las publicaciones de perfil porque todos los cachorros publicados tenían ojitos de "adoptame" que habían puesto frente al lente de la cámara. Aún sigo sin saber quién está detrás de esta cuenta, pero debo resaltar que tienen un fotógrafo y community manager excelente.


Durante varias semanas previas a mi matrimonio ingresé a esta cuenta y por direct le enviaba a Sebas muchas fotos de candidatos a nuestra adopción, y una vez llegamos de nuestra luna de miel, procedimos a realizar el formulario de adopción publicado en la biografía del perfil. La solicitud de adopción de estos gatos era más compleja que una del ICBF y preguntaban más que un psicólogo o un cura en confesión. Literalmente me preguntaron ingresos, ocupación, valor mensual destinado a mascotas, presencia de otras mascotas, tipo de vivienda, si era propia o arrendada, dirección, disponibilidad de recibir visitas domiciliarias después de la adopción, alergias y por poco me preguntan la fecha del bautizo y día de concepción. Sin embargo, llenamos el formulario con esperanza y una semana más tarde nos respondieron que en primer lugar, no éramos aptos para adoptar una mascota con ellos y se reservaban el derecho de compartirnos el motivo, y en segundo lugar, que nos abstuviéramos de enviar otra solicitud porque esta sería rechazada nuevamente. Literalmente, no sabía si reír o llorar, pero 2 días después me enteré de que mi primo y mi mejor amigo (papás de dos perritas y una gata, Nala, Blue y Amy) tampoco habían sido calificados como "aptos" para adoptar por esta página, entonces esta historia se convirtió en una anécdota para reír.


En ese momento decidimos parar la búsqueda y quedarnos solitos por un tiempo, pero nuestro hogar se sentía solo, aburrido e incompleto, incluso una noche, mi suegra, mi cuñada y su novio nos hicieron replantear el tema y reactivamos la búsqueda. Fue así como una semana después nuestro padrino de matrimonio nos envió una fotografía de una gatita en adopción con un número de contacto, pero al contactar este número. Pero al escribir a este numero recibimos instrucciones para realizar otra solicitud de adopción con visita domiciliaria y en ese momento sentimos tanta pereza que desistimos de realizar la solicitud, pues con los antecedentes de estas solicitudes de adopción, "quedamos curados", como dice el dicho.


Al viernes siguiente llegué a trabajar y un compañero me preguntó por el tema del gato, enseñándome una fotografía de un pequeñito que sus hijas se habían encontrado del día anterior. Le envié la fotografía a mi esposo y dijo que si, que lo adoptáramos. Y a la hora del almuerzo un gato  color veteado de caramelo sin nombre ya estaba en la oficina esperándome. 


Como en los gatos es difícil saber el sexo, no le puse nombre hasta las horas de la tarde, después de que fuimos al veterinario y a comprar su alimento, casa, arenero y juguetes. Es un machito, al principio no podíamos definir si tendría nombre de dramaturgo o de artista, así que lo pusimos Dalí como el excéntrico pintor, y no sé si fue por su nombre, el caso es que resultó ser todo un loco.


"Todo pasa por algo" pensamos, porque estamos felices de llenar de vida y alegría nuestro hogar con Dalí. El problema está en que elegimos un gato por independientes, pero, lo llevamos donde los abuelos, nos despierta cada mañana y no vemos la hora de llegar a la casa para limpiar sus desastres y jugar con sus pequeñas garritas. 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar