GRACIAS SEBASTIÁN
"Que me despierten porque estoy soñando" era la única frase que pasaba por mi cabeza mientras veía un salón lleno de balazos, rosas y anturios de todos los colores. Cada detalle tenía un significado que nosotros habíamos elegido para aquel día que marcaría nuestras vidas; juntos elegimos la música que se escucharía este día, sin embargo, Sebastián tenía una canción guardada como sorpresa.
La música es una maquina de tiempo y las canciones anclas que nos hacen viajar en ella. El día en que me propuso matrimonio lo hizo con "Hasta viejitos" de Carlos Vives y Alejandro González; y el día de nuestro matrimonio él eligió "Un amor eterno" de Marc Anthony para bailar antes de que la banda comenzara a tocar.
Para terminar con el día de la boda debo confesar que yo también tenía mi "sorpresa", unas palabras que escribí y que quiero compartir:
"Como la mayoría de los presentes sabrán tengo una facilidad para escribir que por algún extraño motivo no tengo al hablar. Lo más sencillo para mí un día como hoy sería dejar que Sebastián fuese quien hablara, pero la ocasión amerita el esfuerzo y por ello, he escrito unas palabras.
A mis 27 años de vida puedo asegurar que conozco el amor, aunque ocasionalmente no pueda definirlo. Y cómo no conocerlo si he crecido en el seno de una familia amorosa. Mis padres, mis hermanas y yo hemos formado un hogar con bases sólidas donde el respeto, el cariño, el amor, la tolerancia y los espacios de familia siempre han estado presentes. A mi mamá le debo lo que soy hoy, una mujer valiente, empoderada, luchadora y responsable, una mujer que da la vida por su familia porque me han enseñado que es lo más importante; a mi papá le debo el valor que me he dado como mujer, pues siempre nos ha inculcado el valor nuestro como seres humanos, además, me ha amado de una forma tan especial que aprendí que el hombre que llegara a mi vida debería amarme de la manera incondicional como lo hace el, y sé por la mirada de Sebastián que me ama de una manera incondicional.
También conozco el amor gracias a mis abuelos, quienes con su empatía, cariño y compromiso me regalaron una niñez llena de felicidad. Mi abuela Celina que aquí nos acompaña me enseñó a leer; mi abuelo Santiago quién hoy me entregó junto a mi padre en la iglesia, me enseñó a hacer las cosas con pasión, y mi abuela Blanca que hoy celebra con nosotros desde el cielo me enseñó a caminar. Todos esos gestos solo pueden traducirse en amor.
Dios siempre ha estado presente en nuestras vidas y nos ha manifestado su presencia con familias maravillosas. Familias llenas de amor y cercanía, familia cercana, lejana y por supuesto la familia Restrepo Restrepo, que me ha brindado la oportunidad de compartir mi vida con un hombre maravilloso.
Además de hablar del amor, quiero agradecer la presencia de todos ustedes en nuestras vidas y en esta ceremonia. Existen varios motivos para que cada uno de los presentes esté hoy compartiendo y celebrando este momento tan importante para nosotros, el principal de ellos es que ha impactado de manera positiva nuestra relación como pareja, lo que hace posible que hoy Sebastián y yo como esposos formemos un hogar.
Por último, quiero compartir una reflexión que hoy puedo hacer sobre el amor, porque hoy más que nunca lo siento en mi corazón.
Seré breve, según los griegos, existen 4 matices del amor, "amor divino", amor al prójimo, amor filial y el eros o amor carnal. Hace un par de años escribía y afirmaba que el amor solo se podía sentir pero no definir, hoy pienso diferente, el amor que sientes por una pareja con la que tomas la decisión de compartir la vida es aquel amor que te hace sentir los 4 matices del amor, porque el amor es Dios, el amor es familia, el amor es respeto y por supuesto, el amor es química. El amor es encontrar en el otro la admiración, el hogar, el amigo y el amante. Gracias Sebastián porque en ti encontré el amor con todos sus matices."
Postdata: Mi papá casi no podía hablar porque se le quebraba la voz, con mi suegro sucedió igual, las palabras de ambas fueron breves pero sentimentales. No obstante, nuestra madrina de boda, Dani, nos regaló las palabras más lindas que alguien nos hubiera podido brindar ese día.
