#1: FIN DE AÑO EN VILLA DE LEYVA
El 31 de diciembre de 2019 comenzó de una manera inusual y lejos de casa. Al despertar, buscamos y nos pusimos lo más cómodo que teníamos en el equipaje, desayunamos y nos montamos en el carro, anduvimos unos 25 minutos por una carretera destapada que comunica a Villa de Leyva con el municipio de Gachativá, el día estaba un poco oscuro, pero teníamos la esperanza de que no lloviera, pues nos decían que visitaríamos un lugar hermoso. Al llegar a una intersección, tomamos el camino izquierdo, pues el derecho llevaba a Gachativá y a la cascada la Honda (pero esta era un poco lejos y ya iba siendo el medio día).
Llegamos al Parque ecológico la periquera, una reserva natural ubicada en el centro de Boyacá, recibió el nombre de "la periquera" porque hasta hace unos años se podían avistar diferentes especies de aves, especialmente pericos, lamentablemente hoy solo se pueden ver entre las 5 y 7 de la mañana, según nos comentó el guía que nos acompañaba (Anteriormente se llamaba el "Parque de las guacamayas", pero a unos amigos españoles les pareció que "la periquera sonaría mejor).
Llegamos al fin del recorrido y aunque había visto cascadas más imponentes sentí algo especial... El agua es vida, el agua purifica, el agua es magia, debía haber una razón para estar allí, y seguramente era limpiar nuestros cuerpos y almas de aquello que queríamos dejar en el 2019, para comenzar un 2020 en paz. Así que me quité los zapatos y sumergí los pies, el agua estaba helada y sentía que me dolían los huesos, pero no importaba porque me senté a contemplar y a disfrutar el momento.
Regresamos al casco urbano renovados, pero algo cansados porque había que subir un par de kilómetros caminando para regresar de la cascada; fuimos a almorzar y luego disfrutamos de una deliciosa y tradicional milhoja en la repostería "Bombón" dónde nos sentamos en familia a disfrutar de las deliciosas capas de hojaldre, crema de leche y un auténtico arequipe líquido, este fue nuestro aperitivo para recibir el 2020 en la plaza mayor de Villa de Leyva, aquella que aún conserva su estilo colonial, pues fue construido como un lugar de descanso para los militares españoles en la época de la colonia, y en la actualidad es un atractivo turístico.
El festival de fin de año de Villa de Leyva es una tradición boyacence en la cual miles de habitantes y turistas se reúnen cada 31 de diciembre a las 11 p.m. en la plaza mayor del lugar, para dar la bienvenida al año nuevo con un espectacular show de música y pirotecnia.
Gracias a su atractivo turístico, sumado al festival de las luces, el lugar estaba en una ocupación del 100%, desde las posadas y hostales, hasta los más lujosos hoteles que hospedaban a la multitud que en horas de la noche llenaría aquella plaza.
Seguramente en Antioquia, la mayoría de las familias estarían reuniéndose en alguna casa familiar para realizar una cena, un asado o cerrando las cuadras para hacer natilladas y marranadas. En Boyacá el fin de año marchó un tanto diferente, la plaza abierta más grande de Colombia estaba colmada de multitud, la gente esperaba con ansias el nuevo año, mientras bebían un par de tragos en compañía de sus familiares y amigos. A las 11:55 p.m., el alumbrado público se apagó y todas las personas se pusieron alerta, a las 12:00 a.m. en punto entre abrazos las personas se daban el "feliz año", con el inicio del show de pirotecnia que explotaba en diferentes colores al ritmo de la canción "ser un buen colombiano".
No llovió en todo el día ni en la noche, el cielo estaba lleno de luces y por unos minutos cada una de las personas que se encontraba en la plaza pudo olvidar sus problemas y concentrarse en lo que estaba viviendo en este momento, las luces, la música, la alegría... Sin duda alguna, un fin de año muy particular.