#47: REFLEXIONES SOBRE LA SOLEDAD

22.12.2020

La soledad es un concepto que me cuestiona y que, por su nebulosidad, ocasionalmente no me deja dormir. La RAE la ha definido como la "carencia voluntaria o involuntaria de compañía", por otro lado, ha sido un concebida como un estado subjetivo que contrasta la condición del aislamiento físico; también como pérdida de la sensibilidad social e incluso he leído que, es un fenómeno que produce inseguridad y desesperación.

Lo anterior no da respuesta a ninguno de mis cuestionamientos, sino qué me incita a reflexionar el por qué hemos dado valoraciones negativas al concepto de "soledad".

Personalmente, pienso que, la soledad es como el amor, es decir, hay que sentirlo para poder valorarlo, sin embargo, creo que lo hemos hecho de manera errónea. Huimos de la soledad, ignorando que su silencio permite escuchar con claridad nuestras ideas, pensamientos y emociones, logrando un autoconocimiento casi etéreo.

Sin embargo, pienso que es difícil aprender a disfrutar de la soledad, porque el ser humano es sociable por naturaleza y siempre buscará pertenecer a un lugar, es por ello que, ocasionalmente sobrevaloramos lo "social", cegando la belleza que hay en el sentirse solo y valorar la presencia de saber escucharse. De lo contrario, conviviremos con eternos desconocidos: nosotros mismos.

Releo lo que escribo y quizás se me están aflojando un poco los tornillos, no obstante, me siento bien con ello. Particularmente este año ha estado enmarcado por el despertar y espero que los próximos estén definidos por el crecimiento, y gran parte de este despertar ha sido ver a Brené Brown como un referente. Y lo traigo a colación porque ella nos habla de la pertenencia y creo que de ello se trata la soledad...

No podemos pertenecer frente a quienes no podemos mostrarnos vulnerables, no podemos pertenecer frente a quienes tememos por ser juzgados, no podemos sentir compañía si frente al otro no podemos mostrarnos imperfectos. Sea el otro o seamos nosotros, y más que una compañía física, el no pertenecer es para mí la soledad. Es decir que, si podemos pertenecer con nosotros mismos, no estamos solos, aunque físicamente estemos sin compañía.

Yo suelo tener miedo de la soledad, porque descubrí que en el silencio de su compañía escucho con claridad mis pensamientos y realmente creo que me temo a mí misma. ¿Acaso debo ser juzgada por ello? No niego que aún me cuesta encontrarme sola (sobre todo por las noches cuesta, por eso, escribo), pero, recientemente me cuesta aún mas sentirme un extraño divagando por el mundo social. 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar