#34: NI BLANCO, NI NEGRO
Tengo impotencia por no saber tolerar el color gris, es decir, no saber mezclar blancos y negros para llegar a un equilibrio. La rigidez en mi forma de ser me ha llevado a ver la vida en extremos, y por algún extraño motivo en el preescolar me enseñaron los colores primarios, los secundarios, el que absorbe la luz y el que es la ausencia de luz. Pero, no me enseñaron a mezclar blanco y negro para hacer gris.
La primera vez que aprendí a hacer gris fue cuando entré a la universidad, pues estudiando una carrera en la que el 99,99% de los casos la respuesta correcta es "depende", fue más que necesario aprender a ver la vida en escala de grises (claro esta, de puertas para afuera). En derecho la mayoría de las cosas no son susceptibles de ser calificadas como buenas o malas. Pues considero que en la estrategia de defensa o de ataque de un caso siempre habrá que analizar diferentes posibilidades y posiciones (además de no juzgar la conducta del cliente); en la resolución de conflictos hay que buscar mecanismos alternativos con puntos medios; en la planeación jurídica hay que mitigar riesgos; en el acto de legislar hay que buscar equidad y el sistema judicial debe buscar justicia, la cual debe abrirse a puntos medios. En fin, ni blanco, ni negro, ni gris... El derecho es una escala de grises.
Los abogados comercialistas somos en esencia conciliadores, mediadores y negociadores. Pues llevar una empresa a un litigio es un riesgo, más que jurídico, de prestigio y eficiencia. Y como dicen por ahí, "es mejor un mal arreglo que un buen pleito". En fin, ni blanco, ni negro... Mediar, conciliar y negociar, es el arte de mezclar y saber hacer gris.
Mi hambre de éxito me ha llevado a la búsqueda de la excelencia, y en ese camino he aprendido a desarrollar numerosas habilidades socio-laborales, las cuales han resultado efectivas en las relaciones interpersonales que voy desarrollando en el transcurso de mi vida laboral, que, pese a que tan solo llevo un poco más de 3 años trabajando, me han caracterizado y que hoy reconozco que se basan en saber hacer gris. Si, ni blanco, ni negro; asimismo, creo que sucede con la política.
Sin embargo, me he olvidado de que en mi vida personal, también es importante saber encontrar puntos medios. Y que, además, es conmigo misma con quién debo llegar a un acuerdo y negociar, es decir, aprender a hacer gris.
Y aquí estoy, a mis 26 años aprendiendo a mezclar, a hacer gris.