4:45 A.M.
Son las 4:45 a.m. y suena la primera alarma (Sebastián me va a matar cuándo lea esto ja ja ja, siempre le digo que son las 5 a.m. cuando suena el despertador) y debo entrenar pero, afuera llueve; siento el calor y la presencia de Dalí en nuestra cama, que nos asecha con su lengua áspera y pequeños colmillos; Sebas se voltea y me abraza, mientras que yo saco el brazo por un lado de la cobija para posponer la alarma.
A las 5:00 a.m. vuelve a sonar la alarma y pienso "la vida es muy corta y hay momentos que no se pueden recuperar. Además puedo entrenar en la tarde o noche", así que me levanto, entro al baño, salgo, pongo una nueva alarma a las 5:45 a.m., y me vuelvo a acostar entre los brazos de Sebastián.
A las 5:45 a.m. suena el celular. Nadie llama, es la tercera alarma y que indica que aunque el amor está en la cama, es hora de despertar. Me levanto despacio para no marearme, me siento en la cama mirando el piso, entro al baño, abro la ducha y pongo a calentar el agua; mientras me baño observo que Dalí está afuera de la ducha mirándome fijamente esperando a que salga para poder entrar a jugar con los pequeños charcos de agua que quedan allí.
Al salir, siento movimiento de utensilios de cocina y un dulce olor a café: Sebastián preparando mi desayuno; aún no termino de vestirme cuándo él me llama indicando que si me demoro mucho, el desayuno se enfriará. Salgo de nuestra habitación y ahí está un desayuno perfectamente emplatado esperándome en la sala, solo falta el jugo que él está terminando de exprimir; por las ventanas puedo ver el alba, un cielo oscuro atravesado por una línea rosa y amarilla por dónde intenta salir el sol.
-No quiero ver noticias mientras desayuno- Le digo.
-No están hablando de cosas malas, es Teleantioquia- Responde.
-Igualmente amor, no quiero ver televisión mientras como-
-Está bien, entonces quito las noticias- Dice Sebastián, pero igual deja el televisor prendido aunque pasa el canal para algún canal que habla de naturaleza, historia o teorías de la conspiración con un extraño doblaje en español.
Mientras escucho cómo se reproduce la "mamba negra" o algo por el estilo, termino de desayunar, me tomo el café y me cepillo los dientes. Si tengo tiempo, tiendo la cama, sino él me dice "vete tranquila, yo la tiendo", me da un beso y me dice que me cuide, yo tomo las llaves, le devuelvo el beso, le digo que lo amo y que le vaya muy bien en el trabajo, y así me voy a trabajar llena de energía y amor por tener el mejor esposo del mundo.
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Nota: Esto suele suceder un día cualquiera de lunes a viernes, o en días comúnmente laborales. Los fines de semana él trabaja un poco más y los papeles a veces se invierten, aunque como suelo ser más dormilona que él, a veces no se invierten.